ANNCOLPara el Imperialismo gringo y sus lacayos de la oligarquía, en Colombia no hay conflicto armado sino una amenaza terrorista. En esa tesis no existen diferencias entre ninguno de los candidatos presidenciales actuales. Sin embargo, hoy como hace más de 40 años, las FARC siguen siendo el caballito de batalla electorero para conseguir votos que justifiquen la farsa electoral colombiana.
Lo fue cuando las elecciones de Belisario contra López, de Virgilio Barco y Cesar Gaviria contra Álvaro Gómez, de Samper contra Pastrana, de Serpa contra Pastrana, y con más “pasión”, cuando las dos elecciones fraudulentas de Álvaro Uribe contra Serpa. De una u otra manera, cada uno de estos politiqueros de la oligarquía bipartidista fuera del partido liberal o del partido conservador, utilizó el nombre de las FARC según la marea electorera, bien fuera para atemorizar a su clientela o para tranquilizarla con unas posibles negociaciones, siempre cabalgando sobre ese caballito de palo para conseguir los “voticos” del triunfo. Pero sin que ninguno de ellos, hubiera hecho una propuesta seria y realista para resolver definitivamente el conflicto armado colombiano.
Las elecciones actuales no son ninguna excepción a esta marrulla electorera de los militaristas oligarcas y sus asesores gringos, que ha servido de justificación a la prolongación indefinida de la guerra. Todos los candidatos actuales, de una u otra manera se volvieron a montar como mariscales de juguete, en su caballito de palo electorero:
Chucky Santos promete continuar “los torcidos” de su socio Uribe Vélez y ofrece la derrota de las FARC, pero no dice para cuando. Noemí asesorada por Pastrana ofrece expedirle la partida de defunción a las FARC muy “prontico” pero sin dar fechas. Pardo Rueda, el comisionado de paz de Barco, jura que va a repetir 20 años después la maniobra de cooptación y desarme de 1990 pactada con sus amigos del M19.
Petro, quien después de haberse aliado con el Uribismo en Córdoba para obtener 10 mil votos que le permitieron cumplir su objetivo de sacar de en medio a Carlos Gaviria, se dispone a obtener 300 mil votos de la llamada izquierda que solamente le van a servir para cumplir su anhelo intimo de ser el “Alcalde de Bogotá; ofrece “asfixiar” los Guerrilleros con reformas democráticas, para después enviarlos a la Corte Internacional, pero ofreciéndole indulto total a Uribe Vélez.
De mi viceprimero Vargas Lleras no hablemos.
¿Y de Mokus?
No nos vayamos a equivocar con su lenguaje confuso revuelto con su parkinson adquirido. Antanas Mockus es una ficha del neoliberalismo salvaje, es la característica determinante para no votar por él ni por ninguno de los otros candidatos.
Mockus, la ficha de Rudolf Hommes, ya le quitó la votación a Petro con el cuento del voto útil, ahora busca quitarle votos “decentes y legalistas ” a los Uribistas hastiados, bien sean estos de la campaña de Chucky Santos, de Noemí, de Pardo Rueda o del sargento Vargas Lleras; montándose no en el elefante nupcial sino en el caballito de palo electorero y hacerle provocaciones a las FARC, para que cuando estas le respondan pueda justificar la continuación de la guerra, que pactó, cagado de miedo, con los militares para que no lo vuelvan muñeco. Sus lagunas intelectuales, sus idas y venidas no son producto de su enfermedad de Parkinson, ni de su consumo prolongado de marihuana cuando pertenecía a la “plaga lumpen” de la Universidad Nacional, sino que son una calculada estrategia electorera para decir como Misael Pastrana todo lo contrario de la visconversa, y generar más confusión e incertidumbre. Recordemos que en la noche todos los gatos son Pardos.
Así que, como la solución política es una cuestión de principios en la resolución del conflicto armado colombiano, solo será cuestión de esperar a ver quien se sienta en la silla que va a dejar vacía Uribe Vélez, para ver haber que se hace.
▌│ █│║▌ ║││█║▌ │║║█║ │║│█ ▌│ █│║▌ ║││█║▌ │║║█║ │║│█
Todos los derechos reservados ©
Fuente: ANNCOL
